—Lo sé yebit, lo sé… pero de este modo me aseguro tu lealtad. —No lo sé… pero tú vendrás conmigo si marcho de aquí. —Sarah, en septiembre iré a vivir a Londres, en Inglaterra, y tú vendrás conmigo. —No llores yebit, si tú te portas bien tu hermana estará bien… no llores — me dijo y me acarició la cabeza para consolarme. Armada con la sandalia comenzó a golpearla frenéticamente en la cara y en los brazos con que mi hermana intentó protegerse. Cogí la bella sandalia de mi ama y cuando se la iba a calzar vi que justo bajo la planta tenía un pequeño hilo, como una hebra pegada. Se notaba que la gente de aquel país no estaba acostumbrada a ver cómo nos trataban a nosotras nuestras señoritas. Todo ello influirá mucho a la hora de responder cómo colocar hamacas o cómo colgar hamacas en casa. —Ahí está: Filipinas. Por lo que me ha dicho mamá tu hermana ya está embarcada y en unos días estará en casa.
Mi ama se levantó visiblemente indignada y dejó a su madre consolando a su susceptible hermana. Mi ama insistió mucho y finalmente su madre aceptó. Yo cogí sus elegantes botas y me senté en el suelo, en un rincón del salón de la siute y comencé a lustrarlas mientras sollozaba por la humillación constante a la que me sometía mi ama. También estaban las amas en el porche y yo en esta ocasión tenía que aguantar las sandalias de mi ama para ponérselas cuando quisiera levantarse del sillón. — me preguntó mi ama mientras yo recogía la ropa del suelo que acababa de sacarse. —¿Y la brecha que lleva en la cabeza? —¿Qué te preocupa, Sarah? —Sí lo sé. Sarah debe tener familia, ¿ —Sí señorita — respondió ésta. —Sí señorita, ¿son para algún perrito, ganchos para colgar hamacas señorita? El viaje duró diez días. El viaje es más largo pero me servirá como unas vacaciones — me contó. —Dice que no tiene hambre porque piensa que la castigará si dice que sí, ama — me atreví a decirle. Me costó mucho hacer que tomara una buena dosis pero finalmente lo conseguí.
Así lo certifican los usuarios, que le otorgan un sobresaliente, tras llegar a 7.000 valoraciones, una cifra a la que sólo llegan los verdaderos best sellers de Amazon, con una relación calidad-precio a prueba de bombas. No quería pensar ni por un momento en lo que me podría pasar. Me hacía mucho daño y me dejaba la mano inservible durante unos días con lo que en ese tiempo cualquier trabajo se me antojaba una tortura. Observó el uso generalizado de hamacas durante sus viajes entre los taínos en las Bahamas. Tal y como me habían enseñado me puse frotarme la cara contra las piernas de mi ama, como un gato que ronronea. Era espantoso el modo en que nos trataban las jóvenes amas. Los apilamos de modo que una parte mida 1.5-2 m, y la segunda 5.5 – 6.5 y los conecte a uno de los cortes. La dependienta tuvo que descalzarle las sandalias y ponerle las botas sin que Selma hiciera nada por hacer más fácil su trabajo. Selma le dirigió una mirada fulminante que le indicó a la dependienta que más le valía estar callada, que nadie quería saber su opinión. Mi ama estaba exultante, la veía más bella que de costumbre, y era por la emoción de iniciar una vida en la que ella regiría sus destinos sin la intervención de nadie.
Me arrodillé y comencé a recoger toda la basura que en poco rato habían generado aquel par de altivas y arrogantes mujeres. Selma se agachó un poco y depositó el plato en el suelo. Era una muchacha un poco rellenita. La palabra hamaca proviene, a través de español, desde una taína cultura arahuaca palabra que significa «estiramiento de tela» de la raíz Arawak -maka . — se escuchó la vocecilla de la señorita Analía que llamaba desde el jardín. Abrazó a la chiquitina Tamira y luego se la dio a Nené para que la sostuviera mientras ella abrazaba a la señorita Míriam que lloraba desconsolada. Sin cierre, planas, de la anchura más usual, su buen agarre -etilvinilacetato es el nombre técnico del material de la suela- completa un diseño que es garantía de pies felices. Tras construir una sólida reunión donde pasar la noche colocaremos el material (petate, cuerdas, etc.) a un lado de la reunión para no entorpecer en el montaje de la hamaca. Hay pocas cosas más refrescantes en el verano que darse un baño en la piscina y comerse una rodaja de sandía bien roja y bien fresquita.
No me gusta que me humillen ni que me hagan daño, pero si ese es el precio que he de pagar por seguir siendo su esclava no le quepa duda que lo acepto. Este modelo de Blukar de 2,8 metros se ha convertido en un Amazon’s Choice gracias a su precio y a las valoraciones de los usuarios en la plataforma y está especialmente para el crossfit. Oportunidad estupenda para hacerte con este reloj de cuarzo con correa en acero inoxidable de la famosa marca Fossil. — dijo con voz dormida la señorita Selma. —Pero usted conoce a la señorita Míriam, y a sus hijas. La señorita aprovechaba la presencia de María para humillarme. María regresó al instante con un par de cuencos. En ese instante vi la mano de mi ama Selma que tenía un pequeño plato en el que había puesto unos restos que habían sobrado de las bandejas que les habían servido.